Corte el durazno en trozos pequeños y añada el jugo de limón, la miel y el vino blanco. Revuelva suavemente para cubrir y marinar el durazno en el almíbar.
¡Mira este hermoso durazno! Parece demasiado bueno para comerlo, pero lo convertiremos en puré. Pela el durazno con un cuchillo. Recomendamos usar duraznos maduros suaves para darle a la gelatina una textura suave.
Corte la carne del durazno en un tazón. Es muy jugoso y el sonido al cortarlo suavemente es muy agradable.
Agregue el azúcar y el jugo de limón.
Con una batidora de mano, haga puré el durazno. La dulzura de los duraznos varía, por lo que debe ajustar la cantidad de azúcar tomando eso en cuenta.
Vierta la marinada en el puré.
Coloque las rodajas de durazno marinado en tazas.
Mida el agua en una taza y caliéntela a unos 80 ° C (176 ° F). Agregue la grenetina en polvo y disuélvala completamente.
Agregue la grenetina al puré y mezcle para combinar.
Deje flotando el recipiente en agua helada y enfríe el puré para ayudar a que se reafirme rápida y uniformemente.
Vierta el puré en las tazas y colóquelas en el refrigerador durante 2 a 3 horas aproximadamente.
Ahora que la gelatina de durazno se ha endurecido. Decore con las hojas de menta.
Notas de la receta
Esta receta utiliza una cantidad mínima de grenetina para darle a la gelatina una textura agradable, que va muy bien con la suave pulpa del durazno.
A diferencia del agaragar, la grenetina se derrite rápidamente en los días calurosos de verano, así que disfrútala lo antes posible.